Elegancia natural

Oro, plata, diamantes: los metales preciosos y los minerales son fruto de la naturaleza, pero a menudo tendemos a pensar en ellos como objetos fríos y duros, sin vida. Hizo falta la visión de una mujer singular para reconectar con el lado orgánico y sensual de la joyería, y ha sido este dominio del diseño desde un punto tanto científico como escultórico el que ha hecho de Elsa Peretti y sus creaciones para Tiffany & Co. una leyenda que este año celebra su 50 aniversario.

A pesar de tener las joyas una connotación tradicionalmente femenina, lo cierto es que hasta el año 1974, año en que Elsa Peretti comenzó su trayectoria con Tiffany & Co., había pocas diseñadoras mujeres. No es una exageración decir que gracias a ella cambió la trayectoria del mundo de la joyería, así como el rol de las mujeres dentro de él, pues sus primeras colecciones para Tiffany & Co. se agotaron el mismo día de su debut. Es difícil imaginar a una persona más indicada para llevar la batuta que ella, pues su personalidad y gusto se forjaron a partir de una curiosa y única mezcla de una educación exquisita (en Roma y Suiza), una estrecha relación y profunda apreciación por el arte y una calidez y sencillez singulares.

Cada uno de estos aspectos de la polifacética diseñadora, modelo y filántropa se ve reflejado tanto en sus casas en Sant Martí Vell –pueblo de Cataluña que restauró gradualmente y que consideró su verdadero hogar, por encima incluso de Nueva York– como en las piezas que ideó en colaboración con Tiffany & Co.

Pilas de libros que serían la envidia de cualquier lector, pinturas y esculturas de artistas de la talla de Warhol y Picasso, que los más prestigiosos museos desearían añadir a sus colecciones, y cocinas tan acogedoras que parecen de cuento. Este es el entorno que rodeaba e inspiraba a Elsa Peretti.

Así, las formas sinuosas de algo tan intrínsecamente vital como los huesos, cobran una elegancia sin precedentes en el icónico Bone Cuff, y su obsesión por lo táctil y las formas suaves alcanzan su mayor expresión en las colecciones Bean design®, Open Heart y Bottle. A través de sus diseños, Elsa Peretti logró, al igual que en su vida personal, crear bajo sus propios términos, darle más importancia a lo que las mujeres valoran, elaborar joyas que no solo fueran cautivadoras, si no cómodas; joyas, en resumen, que las mujeres quisieran comprarse ellas mismas, sin esperar a que alguien se las regalase. De hecho, tan convencida estaba de que las joyas deberían usarse, que consideraba el uso parte de su visión artística, como una herramienta más para conseguir esa paradoja de metales y diamantes ‘suaves’. “Lo que más me deleita son los suaves contornos que los objetos van adquiriendo a medida que se desgastan con el uso diario”, explicaba.

Este anhelo alcanzó su apogeo con la reinvención del collar de diamantes con su colección Diamonds by the Yard®, inspirando a las mujeres a llevar diamantes todo el día y en cualquier ocasión. Esta innovadora colección fue un éxito desde el momento de su lanzamiento. En su primer año, Tiffany vendió tres kilómetros de joyas de este collar.

Su amor e involucramiento en el mundo de la moda la convirtieron en una auténtica trendsetter pues fue ella quien impulsó el uso de la plata –ahora un material tan asociado con la marca– en las piezas de Tiffany & Co.

Pero no fueron solamente su buen gusto e instinto los que la ayudaron a triunfar; su atención al detalle la caracterizaba a tal grado que los artesanos que tan cercanamente trabajaron con ella a lo largo de los años aún la recuerdan cariñosamente como una mujer minuciosa y que exigía siempre la mejor calidad, empezando por sí misma. De hecho, ella decía, “no soy un artista, sino una artesana”. Y aunque la artesanía es evidente en la perfección de cada una de sus piezas, ¿qué puede haber más artístico que encontrar inspiración en cada rincón, que dejarse empapar por la naturaleza y sensibilizarse hacia sus formas, que esforzarse por crear objetos bellos y que el mismo paso del tiempo y el desgaste que conlleva formen parte de esa belleza?